#Sin confesarlo Todo { James }

Aparcó el mustang lo más cerca que pudo del acantilado. El buen tiempo que se hacía notar este verano, había permitido que James llagara allí con el techo del descapotable rojo guardado. Era un coche algo viejo, pero que él adoraba. Amaba la sensación de sentir el viento en su rostro mientras conducía a una velocidad considerable por la desierta carretera hacia el acantilado, sin que nada malo pudiera pasarle.

Paró el motor, sacándo la llave y guardándosela en el bolsillo de su pantalón oscuro y salió con un ágil salto por encima de la puerta del conductor. Colocó de nuevo las mangas de su camisa roja y negra, recogidas hasta el codo de una manera informal y divertida y comenzó a andar por allí, acercándose aún más al punto álgido del acantilado con las manos metidas en los bolsillos de manera distraída. Le daba golpecitos a una piedra, haciendo que rodara ante sus pies como si fuera una simple pelota, si apartar la vista de esta. Escuchaba el rumor de las olas y una ráfaga de viento hizo que levantara la mirada, encontrándo a una chica sentada en el estropeádo tronco cerca del filo.

Se quedó unos segundos parado, tan solo observándo como el viento movía su suave cabello gracilmente, con elegancia. Pero eso era algo que embolvía a aquella chica por completo, un aura de belleza, elegancia, dulcura...que desde siempre había llamado la atención de James, que se dedicaba a dejarle miradas furtivas cuando ella estaba distraída con otra cosa, como en aquellos mismos momentos. Respiró hondo, sabía que no podía quedarse allí para siempre, así que lentamente se dirigió a ella por la espalda y se agachó para darle un beso en la mejilla de forma cariñosa y amistosa, sin añadir saludo alguno.