Lana Archibald

Nombre: Lana Veletta
Apellido: Archibald
Edad: 17

Descripción Física:
De complexión delgada, casi anoréxica debido a su falta de nutrición, pómulos marcados y cintura de avispa, es el sueño de muchos hombres y ella sigue pensando que es imperfecta por lo que no es extraño verla bronceada debido a los rayos uva o con los ojos bastante maquillados.
Su pelo, largo hasta media espalda, rizado y un oscuro tono castaño casi negro, suele estar recogido hacia atrás, con distintos peinados de princesa medieval. A veces le añade decoraciones como diademas, coronitas, ganchos o cintas del mismo color del que se viste.
Le encanta la manicura, por eso sus uñas van siempre pintadas de distintos colores y decoradas con flores o corazones.

Descripción Psicológica:
Desde pequeña se crió teniendo como ejemplo a su hermana mayor, Norah, por eso la imitaba en todo. Además estuvo muy mimada y consentida por sus dos padres, quienes la compraban para que eligiera a uno o al otro.
Con el tiempo dejó de querer cosas materiales, se volvió una niña soñadora que dio muchos tropezones en la vida al darse cuenta que lo que ella ansiaba era tener el amor de sus padres, pero el único modo de conseguir algo de su atención era comportándose malamente.
Algo envidiosa de quien tiene una buena familia unida, o más dinero que ella, se acerca interesadamente, buscando amistad de verdad o el dinero que lo pueda suplir con regalos.
Aún así es una chica dulce y frágil, que intenta hacer amigos de verdad, pero al no encontrarlos cambia de forma de ser.

Odios:
Al novio de su madre.
A su madrastra.
A los plátanos.

Manias:
Pintarse las uñas.
Poner la música a tope de su teléfono móvil.

Fobias:
A las ratas.
Estar sola.

Otros Datos:
Le encantan los dulces y la pizza, pero evita comerla para no engordar.
Durante un tiempo estuvo vomitando, ahora se dedica a no comer.
Está obsesionada con su peso y su cuerpo.

Historia:
Lana Archibald, nacida el 23 de mayo de 1992 en Hawaii. Realmente no vivió allí mucho tiempo, pues sus padres se separaron pocos años después. Ella creció rodeada de regalos que le hacían para que eligiera con quien quedarse, aunque le daba realmente igual, solo quería estar con su hermana mayor, Norah, que era quien se encargaba de ella, de jugar y cuidarla.
Al final su madre, Paige Lorrintong, empieza a salir con un hombre llamado Josh que no quiere saber nada de ellas, pues le recuerda que Paige ya había tenido relaciones anteriores, así que la mujer deja de comprar a sus hijas y permite que se vayan con su padre, William Archibald.
Durante los siguientes meses todo va bien, Will no estaba mucho en casa pero ellas estaban bien cuidadas y comenzaron a ir a un colegio de prestigio, más tarde se mudaron a EEUU.
Allí siguieron con sus estudios en un colegio para gente con gran riqueza, y como ellas empezaban a ser parte de ese mundillo su padre les decía que debían arreglarse, así que desde pequeñas empezaron a maquillarse y preocuparse de su aspecto físico.
William contrató a una mujer para que fuera su secretaria personal, le dio una habitación en su casa y meses después contaron a las niñas que iban a casarse. Eso les sentó muy mal, sobretodo a Lana. Durante toda su vida había intentado captar la atención de su padre y ahora llegaba una mujer que no tenía nada que ver y se lo robaba.
Pasó el tiempo, Catherina adoptó el sobrenombre de la globos por los pechos de silicona que se implantó para impresionar a todos, con el dinero de su marido claro, además dejó de trabajar, pero no fue para estar más tiempo con las hijas de su marido, a ellas solo las llamaba cuando quería algo o necesitaba algún tipo de ayuda, sino para irse de compras con el grupito de amigas ricas que se había hecho.
Lana la odiaba cada vez más.
Por aquel entonces Norah comenzó el instituto, haciendo nuevas amistades y comenzando a triunfar en la vida amorosa y de cotilleos de la alta sociedad juvenil, dejando a Lana algo apartada cuando se presentaban públicamente. La pequeña se sentía el patito feo de la familia, pero cuando dos años después pasó al instituto todo cambió radicalmente. Su hermana le dejaba una buena herencia de gente que ansiaba conocerla más en profundidad.
Rápidamente, ambas se convirtieron en todo un icono del instituto. Las llamaban a todas las fiestas y comenzaron a juntarse con la gente que no debían. Noches de alcohol, tabaco, sexo y a veces algo más cayeron en la comisaría para que su padre fuera a recogerlas, pagando siempre para que no se hiciera nada público.
Ahora les ha mandado al campamento, dice que no sabe que hacer y prefiere mantenerlas un tiempo lejos para que no ensucien su nombre.