Un mal dia {Libre}

Aquel día me levanté bastante temprano, y Kódak seguía durmiendo en la cama de al lado. Me restregué los ojos suavemente mientras miraba la hora en el despertador de la mesita de noche. Tan solo eran las 9 de la mañana... y era sábado... ¿Qué narices hacía ya despierto?.
Me desperecé aún sentado sobre la cama, con la sabana cubriendome hasta la cintura. Me rasqué la cabeza suavemente pensativo hasta que me decidí a levantarme de una vez. Me dirigí hacia la ducha a paso lento para despertarme del todo. No tardé más de 10 minutos y salí de ésta, enroscandome la toalla a la cintura.
Los ronquidos de Kody resonaban por toda la cabaña, y me atrevería a decir que por todo el campamento también. Abrí el armario y me quedé pensativo, dado que no sabía que ponerme. Pronto me decidí por una camiseta de rayas blacas y amarillas fosforita y unos pantalones blancos de surf, total, no es que hiciese frío a decir verdad allí.
Me dispuse a hacer mi cama mientras tarareaba una canción en voz baja. Una vez echa, recogí la ropa para echarla a lavar y salí de allí, necesitaba desayunar.
El comedor no es que estubiese muy lleno. Había un grupito de gente animada, comiendo patatas y demás... ¿Para desayunar patatas? Eso era extraño. Me dirigí a la mujer que nos daba la comida y le pedí solamente una manzana y un poco de zumo. A lo lejos pude ver a una chica, la cual estaba sola. Me dirigí hacia esa mesa con una sonrisa suave en el rostro y la miré. -¿Te molesta si me siento contigo?-. Pregunté.

La chica parecía aver salido de un trance cuando la hablé y cuando dijo que no la importaba le sonreí suavemente. De pronto, al señalar la silla para que lo hiciese, se le derramó un poco de refresco sobre la mesa, y se apresuró a disculparse.
-Tranquila, no ha sido nada-. Murmuré con voz suave, tomando un par de servilletas para ayudarla a limpiarlo.
Pude fijarme en ella, era bastante guapa, pero parecía el prototipo de niña rica. Vale, no iba a juzgar por las apariencias, pero si lo parecía. Cuando ya estaba limpio tomé las servilletas y las tiré a la basura, cogiendo de nuevo mi manzana y mi zumo, volviendo a sentarme frente a ella. La miré y acerqué mi mano a ella en forma de saludo.
-Soy Maxxie-. Murmuré presentandome. Era nuevo allí y por lo tanto no conocía a nadie, solamente a Kodak y algunas cuantas personas más.